La Responsabilidad Social Empresarial en el marco del desarrollo sostenible

La Responsabilidad Social Empresarial en el marco del desarrollo sostenible

Autor: Juan Felipe Hernández Luis. Técnico Ambiental.

Hoy en día, todos coincidiremos en afirmar que el desarrollo sostenible como proceso de armonización del crecimiento económico, con el desarrollo social con equidad y la protección del medio ambiente es una tarea colectiva.

Una de las consecuencias básicas de la Conferencia de Río (1992) es la vinculación entre el Desarrollo Económico y las cuestiones ambientales en un nuevo modelo en cuyo marco sea posible satisfacer las necesidades del momento presente sin comprometer las posibilidades futuras.

El Desarrollo Sostenible, en la actualidad, deja de ser una idea-fuerza para convertirse en una exigencia como modelo responsable de desarrollo, que no supone ausencia de crecimiento ni pérdida de eficacia, y garantiza en cambio la calidad de vida. El concepto parte del reconocimiento de que existen límites reales a la disponibilidad de recursos y, por tanto, deben tomarse medidas para la reducción del consumo de recursos naturales.

Mejorar la calidad de vida de todos es una aspiración humana pero exige que cada quien asuma sus derechos y deberes desde una visión de responsabilidad compartida

La calidad de vida de un individuo está determinada por la integración de tres componentes: nivel de renta, condiciones de vida y trabajo y calidad ambiental, con distintos peso según el momento y lugar.

El nivel de renta ha sido, en el pasado reciente, el único factor considerado en los procesos de decisión, tomando como valor comparativo el nivel de renta de los distintos países. Esta reducción se explica porque la preocupación de las sociedades se encontraba en satisfacer las necesidades básicas (alimentos, vivienda, sanidad, vestido…) por lo tanto el económico se considera como condición necesaria.

La segunda componente de la calidad de vida son las condiciones de vida y de trabajo. Por condición de vida entendemos: garantía de libertad, participación en la sociedad, igual de oportunidades, igualdad ante la justicia, acceso a la educación, seguridad ciudadana, servicios públicos, etc. Y por las condiciones de trabajo se refiere a l ambiente físico y psicológico: temperatura, capacidad de iniciativa, etc.

Y por último, la tercera componente de la calidad de vida es la calidad ambiental. Desde un punto de vista práctico, admite dos enfoques básicos:

Concepto Ecológico.  Un ecosistema tiene calidad ambiental cuando muestra una coincidencia entre la calidad que presenta y la que es propia del sistema. Por tanto, convertir una zona árida en un entorno verde a base de riego y abono no supone necesariamente una mejora de la calidad ambiental ya que implica una transformación drástica de las condiciones que no son propias del entorno.  Como todos sabemos, la acción del hombre es proclive a intervenir en la naturaleza lo que supone la modificación del ecosistema y ello no puede conceptuarse como recomendable.

Concepto Antropocéntrico.  Un ecosistema tiene calidad ambiental cuando satisface las expectativas que genera sobre los habitantes.

Este pilar fundamental, también debe ser entendido, en términos de grado de conservación de los ecosistemas, de la biodiversidad y del paisaje, además de la existencia de aire puro, agua de calidad y en cantidad y un suelo no contaminado.

El comportamiento de las empresas es crucial para alcanzar la calidad ambiental. Resulta necesario asumir las externalidades generadas de los procesos productivos, por una parte afectan a los productores, existe un incremento de coste de producción, y por otra parte afecta a los consumidores, debido a la consecuente subida de precios motivado por el ascenso de los costes.

Uno de los grandes consenso, de hoy en día,  se sitúa en torno a que las empresas son insustituibles en el objetivo de generar riqueza, empleo y aportar desarrollo al país o a una zona.

Esta misión, desde la óptica del desarrollo sostenible, debe ser realizada con el enfoque de Responsabilidad Social. Es decir, las empresas deben internalizar los costos ambientales y desempeñar un papel preponderante en el desarrollo de las comunidades ubicadas en la zona de influencia.

Con la aplicación de la Responsabilidad Social se debe abandonar la idea errónea de que el deterioro del medio ambiente es el precio para avanzar por el desarrollo. Es falso que el crecimiento económico sea antagónico con la protección del medio ambiente.

Cuidad el medio ambiente contribuye a generar una mayor productividad y rentabilidad; una gestión ambiental eficiente, es motivo de éxito empresarial. La contaminación, en sus distintas vertientes: emisiones atmosféricas, vertidos de aguas residuales, generación de residuos o despilfarro de agua y energía evidencian ineficiencia y falta de competitividad empresarial. Por el contrario, a mayor productividad y rentabilidad, mayor capacidad empresarial para prevenir los impactos ambientales. Primera idea Clave: La ineficiencia en los procesos conduce al deterioro del medio ambiente y procesos eficientes conduce a una mayor protección del medio ambiente.

La Gestión eficiente de los recursos naturales es un factor de garantía de la continuidad y sostenibilidad de las actividades económicas, sobre todo aquellas que den valor agregado a los recursos naturales renovables

El Desarrollo Sostenible necesita que más empresas sean capaces de generar riqueza de manera sostenida y en armonía con el desarrollo integral de sus entornos.

Segunda idea Clave: El concepto de Responsabilidad Social obliga a que los modelos de producción y de consumo sean sostenibles y estén al servicio del bienestar genera.

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Biografía

Pórteles J y otros (2007): El Medio Ambiente y la Empresas Canarias. Guía de Buenas prácticas para la Sostenibilidad.